viernes, 1 de noviembre de 2013

Augusta Ada King, Condesa de Lovelace

Augusta Ada King, Condesa de Lovelace (1815-1852)

Fue drogadicta, alcohólica, apostadora compulsiva, rebelde, coqueta, una estudiante autodidacta de las matemáticas con un nivel de principiante, infiel, dominada por su malvada madre.
Un genio matemático, la primera programadora de la historia, la asistente, la visionaria que entrevió las posibilidades de su Máquina Analítica de Charles Babbage y de la computadora.

El apellido de soltera de Augusta Ada es Byron, hija de lord Byron, poeta, escritor (su única hija legítima) y de Ana Isabel Milbanke, baronesa de Wentworth, nunca llego a conocer personalmente a su padre: al cabo de un mes de nacer, Ada fue arrancada de la cuna por su  madre, que huyó con ella. (Su padre aceptó sin oponerse la separación y luego la escritura de separación, en una época en la que todos los jueces otorgaban a los padres y no a las madres la custodia de sus hijos en caso de separación)
La madre de Ada, deseaba que en su hija no se reprodujeran los rasgos del carácter poético y romántico de su padre, así que la aparto de la  poesía a base de mucha educación matemática. La disciplina a la que fue sometida desde niña era excesiva. Su salud fue siempre irregular.
 Después de seguir clases con varios tutores, terminó recibiendo formación matemática, para la que mostró gran disposición. En 1834 conoció a Mary Somerville, quien fue su guía, la puso en contacto con importantes científicos de la época y la invitó a conferencias a las que asistía Mary con sus hijas.
En 1833, conoció  a Charles Babbage, cuando  tenía 17 años. Éste les mostró a ella y a su madre la máquina en cuyo desarrollo trabajaba entonces, explicándoles su funcionamiento  y  los principios en que se basaba. (El inventor llegó a prestarle a la muchacha sus planos). Ada quedó muy impresionada y se denominaba a sí misma “analista y metafísica” (Quizás Babbage y Ada se hicieron amantes, pero las evidencias no son concluyentes).                                        
 Fue presentada a la corte, conoció a William King, se casó con él, tuvieron tres hijos y William heredó la titularidad de la casa de Lovelace, pasando su esposa a ser condesa de Lovelace.
Ella invirtió casi un año en traducir al ingles un informe sobre la “máquina analítica” de Babbage, acompañándola con comentarios.
Lo innovador de su cálculo, es que se da una secuencia de instrucciones o algoritmo, de manera que lo entienda la máquina. Se trataría en la actualidad de un programa de computadora.
 Las notas de Ada, que triplican la extensión del artículo de Menabrea, (un matemático y oficial de ingenieros italiano que recopilo en francés unas notas sobre la máquina analítica), aparecieron firmadas sólo con sus iniciales A.A.L. y no con su nombre (Ada Augusta Lovelace), ya que los científicos no se las hubieran tomado en serio al saber que las había escrito una mujer.
 Iba más allá del simple cálculo: la máquina bien programada hasta podría componer música. Esta funcionaba a través de un conjunto de tarjetas perforadas, que se encargarían de las operaciones elementales, mientras que otro conjunto decidiría el orden y el momento en el que se aplicarían a determinadas funciones de cálculo.
Ella llegó incluso a idear ocurrentes procedimientos para darle la vuelta a las tarjetas usadas y reutilizarlas de nuevo en las operaciones sencillas y repetitivas (hoy este procedimiento estaría relacionado con los “bucles”.  Este es utilizado para hacer una acción repetida sin tener que escribir varias veces el mismo código, lo que ahorra tiempo, deja el código más claro y facilita su modificación en el futuro.
Ada dio un paso intelectual fundamental: una máquina tal podría manipular símbolos en lugar de simples números concretos. (Ya no hablamos de simple cálculo, sino de computación en el sentido actual del término).
Ella creyó que lo que la computadora pudiera realizar era imprevisible, pero su capacidad estaba limitada por la de sus creadores.
En lo personal, era una condesa amante de los espectáculos y de la danza, e indiferente al amor familiar, coleccionista de joyas y rodeada de perros. Padecía seguramente algún trastorno de tipo bipolar, pues alternaba periodos de maniática hiperactividad con momentos depresivos.
Era coqueta y seguramente, tenía amantes ocasionales, su marido llegó a destruir más de cien cartas consideradas de contenido impropio. Consumía alcohol y drogas y contrajo muchas deudas.
A los 36 años se le diagnosticó un cáncer de útero. Ada aguantaba el doloroso trauma a base de láudano (preparación compuesta por vino blanco, azafrán, clavo, canela y otras sustancias además de opio; usada con fines medicinales), hasta que, en medio de su debilidad, intervino su autoritaria y controladora madre y todo fue peor. La privó de los calmantes, considerando que el sufrimiento la eximiría ante Dios de todos los pecados de infidelidad y ludopatía cometidos en el pasado.
Falleció en plena juventud. Antes de morir descubrió pruebas de que su padre, lord Byron, no había sido tan malo como su madre le había hecho creer.
Existe un premio que lleva su nombre para reconocer a mujeres pioneras en el campo de la computación.

La publicación de Ada resultó ser el primer trabajo que discutía la programación de una computadora; sería el único trabajo de este tipo hasta el siguiente siglo.

El resto de las notas de Ada estuvieron dedicadas a la mecánica de la programación de la Máquina Analítica, incluyendo una descripción del mecanismo de las tarjetas perforadas y de la notación para escribir programas.

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